ESPERANZA O LA PRIVACIÓN DEL SABER

Esperanza quiere su propia policía. No está dispuesta a que Sol sea una nueva Bastilla tomada por unos harapientos pensantes que exigen que su dignidad no sea pisoteada por los de siempre. Estos 'transigieron' cuando la 'modélica' Transición a la Democracia, después de la muerte del genocida dictador, porque no tuvieron más remedio.

No se les puede negar paciencia, es cierto. Han estado esperando el ataque final programado para el próximo 20-N, fecha anclada en el recuerdo. Su vivir no ha sido una silenciosa hibernación sin más. En absoluto. Han ido haciendo camino, marcando territorio desde un principio, hasta hacerlo suyo, tan propio como si lo hubieran decentemente adquirido.

A la lideresa-condesa-consorte le molesta la gente del 15-M y similares. Quiere 'sus' propiedades limpias y en orden para benedictos y peregrinos. El Papa es su aliado y los peregrinos la adoran como cacique. Los otros la aterran porque piensan.  Saben que el suelo que pisan y sobre el que se sientan es de todos. No es propiedad privada ni Sol ni el resto de Madrid ni cualquier otro territorio español. La 'fragania' frase "la calle es mía" es de otras épocas alejadas en el tiempo, aunque presentes en la memoria alertante.

Esperanza está enfadada, y mucho. Quiere mano dura para acabar con los no-dóciles. Y si el Ministerio del Interior es respetuoso con las libertades constitucionales, la señora de más-vidas-que-los-gatos desea 'su' propia policía. Unos robots que la obedezcan ciegamente y que maten a palos -si fuera necesario- a quienen osen desobedecerla.

A Esperanza no le gusta que la gente razone por sí misma. Quiere borregos mansos. Por ello ataca a los profesores de la enseñanza pública. Ofrece la carnaza de estos para que sean, todavía más, agredidos verbal y físicamente por alumnos difíciles y padres/madres demasiado groseros en excesivas ocasiones. Y los profesores, con un amparo legal cada día más precario. Pero Esperanza, mientras, regala más 90 milloncetes a la educación privada, la que transmite lo que a ella le gusta.


Los Calvitos
Sabe que el punto flaco que utilizan los catetos de la enseñanza es el número de horas lectivas que el profesor imparte. Solo un ignorante total de la labor docente puede cuantificar el inmenso y agotador trabajo en el simplismo de unas horas. Nadie puede imaginar cuanto de la vida propia y del tiempo de la familia se entrega en una constante preparación que no acaba nunca. La corrección de los exámenes conlleva horas si se quiere obrar de la mejor y más justa manera. Hay que comprender los problemas de cada uno de los alumnos e intentar darles la mejor solución. Tutorías...

Esta misma Esperanza es la que en 2009 predicaba el propósito de otorgar a los profesores el rango de "autoridad pública" a efectos penales para protegerlos de agresiones desmedidas y sin sentido. Ahora los entrega a los leones. Esta demagogia es la propia de Esperanza y de los mandamases del PP.

Esperanza ha abierto el melón de las 20 horas lectivas. Cospedal la ha seguido, de forma aumentada y corregida. Y así van sumándose las Autonomías dominadas  por la derecha. Rajoy está contento. Toda la derecha está alcanzando sus peculiares orgasmos con la inclusión del techo en el saber de los ciudadanos, pusilánimes y manipulables con el circo que se les ofrezca aunque el pan sea poco.

Los que repudiamos la ignorancia, la incultura, el desprecio al saber tenemos la obligación de plantar cara ante tanta ignominia. Somos más que los derechones anti-cultura. Unámonos en pro de la cultura y procuremos que el 20-N no domine en España el oscurantismo de la ignorancia y de la incivilidad.

Sólo el amor y la inquietud por el saber  puede conducirnos a una libertad y democracia absolutamente auténticas. Solo con estas pacíficas armas podremos protegernos de las patrañas del fuego eterno, presente ya aquí bajo los dictados del Partido Popular.

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