PRIMERAS REFLEXIONES TRAS EL 20-N

En primer lugar nada ha resultado prácticamente distinto a lo que veníamos pensando desde hace un tiempo: El Partido Popular ha ganado las elecciones por mayoría absoluta holgada,186 escaños, -por encima de lo que consiguió Aznar en el año 2000. El Partido Socialista ha sufrido un castigo quizá mayor del que esperaba, 110 escaños; inferior al habido  cuando encabezó la candidatura Almunia y el peor en toda la democracia.

Rajoy, al margen de su indudable satisfacción, es consciente de lo que le espera con la enorme crisis global que padecemos. Su intervención ha sido la esperada, un discurso de estilo, con agradecimientos y llamadas a la unión y al trabajo conjunto para hacer frente al terrible problema que tiene por delante.

La derecha está aglutinada en un solo partido, el PP. Una vez constituido el nuevo Parlamento, el partido en el Gobierno, el PP, tendrá las alianzas que desee con los partidos nacionalistas de derechas, CiU y PNV. La política económica neoliberal, acorde con las fauces siempre hambrientas de los mercados europeos, se impondrá en este país. Los recortes a los más necesitados se aplicarán sí o sí. La relación con la CEOE será de una absoluta fraternidad en perjuicio del trabajador, cuyos derechos se verán mermados lo indecible.

Ante esta situación, ¿qué se puede hacer?

El Partido Socialista debe regresar a sus orígines, bajar del olimpo, olvidarse de la soberbia que ha cultivado en demasía, y abrazar la humildad necesaria para formar una especie de 'Frente Popular' con el resto de los partidos de izquierda.

Pensemos que Izquierda Unida ha subido de dos escaños a once. Compromís ha obtenido representación parlamentaria. Y el PSOE debe hacerlo, reitero, con humildad, dando paso en esta coalición a representantes de las otras fuerzas políticas. Uniendo ideas y propuestas unos y otros, dejando de lado las menudencias que les puedan separar, deben entre todos formar el gran frente de la izquierda política  de este país.

La gente de izquierdas somos más, y unidos podemos. Es la única manera de salir de este ostracismo a modo de mónadas mirándose el obligo y olvidando su obligación de trabajar por los más necesitados. Entregar los esfuerzos para el pueblo y con el pueblo. Y que los Derechos Sociales, tan costosamente adquiridos, no se vean tirados por la borda.

Pero, previo a esto, el Partido Socialista debe hacer su purga particular. Nadie de la cúpula, ni ningún 'barón' debe quedar inamovible. Eso además de antiestético es inmoral. Hora es ya de dimisiones: de arriba abajo, todos. Una absoluta regeneración del Partido Socialista es necesaria e imprescindible. Muchos no nos sentimos representados por demasiados señoritxs aburguesadxs que se parecen demasiado al PP.

Además, deben promover el cambio de la Ley Electoral. Al final de la campaña se resentía el propio Rubalcaba de las dificultades que esta Ley iba a suponer al gran esfuerzo que él mismo estaba realizando en explicar sus verdades y 'las otras', las del PP. Tras sufrirlo en carnes propias es más fácil abordar el mencionado cambio, que debería conllevar una mayor participación de la ciudadanía en la elección de sus gobernantes. El hecho de las 'listas cerradas' es también una aberración que cobija a muchos inútiles y desaprensivos.  Debemos votar listas abiertas y la posibilidad de elegir a personas de distintos partidos, como sucede ahora con el Senado.

Hablando del Senado, ¿qué valor significativo tiene esta Cámara territorial? No parece sino un cementerio de elefantes, a donde los grandes partidos envían a los suyos a perpetuar su buen sueldazo y nada más. Desde mi punto de vista sobra el Senado, y un montón de dinero se mantendría en las arcas públicas para su destino en auténticas necesidades. Y bien está que sus ahora ocupantes regresen a su trabajo de antes o que sepan lo que es hacer cola en las oficinas del INEM. Exactamente lo mismo sucede con las Diputaciones. Son Instituciones que van duplicando las tareas institucionales y multiplicando inmoralmente unos dispendios innecesarios.

Estoy convencida de que si el Psoe diera estos primeros pasos éticos el resto de los partidos de izquierda acogería el cambio de muy buena gana.

Está la izquierda española obligada a entenderse por el bien de la ciudadanía que lo demanda. El primer paso con la mano tendida lo debe hacer el partido más grande, el Socialista. Su generosidad se verá recompensada por todos aquellos -que somos muchos- que necesitamos de la ilusión de una izquierda comprometida y unida en las ideas de solidaridad y entrega al trabajador y al más necesitado. Así podremos vencer la ignominia de una especulación abyecta, indecorosa e inmoral. Es nuestra obligación como personas de izquierdas trabajar conjuntamente por la consecución de una sociedad más justa y equitativa, donde las personas sean iguales en derechos y en obligaciones, y que 'nadie sea discriminado por razón de nacimiento, raza, sexo, religión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social' (Art. 14 Constitución Española).

                                                                              Dedicada a las 'Trece rosas'


Comentarios

  1. Querida amiga:

    Supongo que coincidimos en lo fundamental, aunque hay un par de cosas que echo de menos en tu análisis. Para que el PSOE resulte creíble, debe además:

    - Hacer una autopsia del cadáver para establecer la causa de la muerte. Decir que murió de crisis es fácil pero incompleto.

    - Reconocer pública y humildemente sus errores, algo que, en este caso, casi equivale a perdir perdón por sus pecados.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares