LAS NEURONAS DE RAJOY
La timidez que Rajoy puede aparentar y que muchos le atribuyen no parece ser tal. Son otros los motivos por los que se esconde del pueblo sobre el que ahora manda. Y manda porque posee unas neuronas de mayor calidad que la de sus 'súbditos'. Y le cuesta a su dignidad de ser superior dirigirse a este pueblo de 'baja estirpe'.
Casualmente, mientras buscaba las malandanzas del alcalde de Tres Cantos, pinché un enlace que por allí había y me encontré con un artículo -desconocido totalmente por mí- de Gustavo Luca publicado en Tercera Información el 10 de noviembre de 2011, titulado "Rajoy defendía la superioridad de los hijos 'de buena estirpe'"
Ojalá hubiera sabido en su momento de este artículo y de los escritos de Rajoy acerca de la desigualdad de los seres humanos, porque esa es su convicción, y, en función de ella, está ahora obrando contra la mayoría del pueblo español.
Al final de este sabroso artículo su autor, Gustavo Luca, nos remite a la publicación de dos artículos citados por él y que le llevan a considerar a Rajoy, en las décadas de los 80 y 90 ,como un personaje vinculado al pensamiento fascista, debido l convencimiento del pontevedrés de la superioridad de unos hombres sobre los demás en función de 'la buena estirpe' de los primeros. El título de estos artículos rajonianos adelanta bastante el contenido de los mismos: "Igualdad humana y modelos de sociedad" y "La envidia igualitaria".
Casualmente, mientras buscaba las malandanzas del alcalde de Tres Cantos, pinché un enlace que por allí había y me encontré con un artículo -desconocido totalmente por mí- de Gustavo Luca publicado en Tercera Información el 10 de noviembre de 2011, titulado "Rajoy defendía la superioridad de los hijos 'de buena estirpe'"
Ojalá hubiera sabido en su momento de este artículo y de los escritos de Rajoy acerca de la desigualdad de los seres humanos, porque esa es su convicción, y, en función de ella, está ahora obrando contra la mayoría del pueblo español.
Al final de este sabroso artículo su autor, Gustavo Luca, nos remite a la publicación de dos artículos citados por él y que le llevan a considerar a Rajoy, en las décadas de los 80 y 90 ,como un personaje vinculado al pensamiento fascista, debido l convencimiento del pontevedrés de la superioridad de unos hombres sobre los demás en función de 'la buena estirpe' de los primeros. El título de estos artículos rajonianos adelanta bastante el contenido de los mismos: "Igualdad humana y modelos de sociedad" y "La envidia igualitaria".
No tiene desperdicio ninguno de los dos. Hay que leerlos y así poder comprender todas las humillaciones que estamos sufriendo en todos los ámbitos desde que Rajoy llegó a Moncloa.
Estamos asistiendo a la puesta en escena de un programa político de un hombre convencido del racismo genético. Nunca buscará la justicia ni la igualdad social porque está intrínsecamente en contra de ellas.
Por ello recorta brutalmente en Sanidad y Educación pues solo los mejores son dignos de su posesión. El resto somos, por nuestro código genético -según Rajoy- inferiores, unos parias y nuestra finalidad es otra muy distinta a la de los que su genética los privilegia. Ellos están destinados a mandar, a triunfar, a poseer las riquezas...
Este tipo de pensamiento no evoluciona con el paso del tiempo. Es un convencimiento de tal clase que el poseedor del mismo queda convertido en un ser frío y despiadado. Y así se muestra Rajoy ahora.
Además, también ha sido votado por el pueblo, lo mismito que Hitler. Por lo que se siente todavía más legitimado para implantar la barbarie.
De su artículo "La envidia igualitaria" son los siguientes fragmentos escalofriantes.
"...el
autor dedica unas brillantes páginas a demostrar el error en que incurren
quienes a veces conscientemente y utilizando el sentimiento de la envida y otras
sin valorar el alcance de sus aseveraciones, sostienen la opinión de que todos
los hombres son iguales y en consecuencia tratan de suprimir las desigualdades:
El hombre es desigual biológicamente, nadie duda hoy que se heredan los
caracteres físicos como la estatura, color de la piel… y también el cociente
intelectual. La igualdad biológica no es pues posible. Pero tampoco lo es la
igualdad social: no es posible la igualdad del poder político (“no hay sociedad
sin jerarquía”), tampoco la de la autoridad (¿sería posible equiparar la
autoridad de todos los miembros de un mismo gremio, por ejemplo, de todos los
pintores o los cirujanos?), o la de la actividad (es difícil imaginar un
ejército en el que todos fueran generales; o una universidad en la que todos
fueran rectores), o la del premio, o la de oportunidades (las circunstancias,
temporales, geográficas y familiares colocan inevitablemente a los individuos
en situaciones más o menos favorables, nadie tiene la misma oportunidad mental,
ni histórica, ni nacional: no es igual nacer en EE.UU. que en U.R.S.); ni
siquiera la económica: “allí donde se ha implantado una cierta igualdad
pecuniaria –mediante la nacionalización de los medios de producción, la
abolición de la herencia, la supresión de las rentas del capital y la
equiparación de casi todos los salarios- se han radicalizado las inevitables
desigualdades de poder, creadores de desigualdades económicas quizá no
monetarias, pero espectaculares..."
"....Demostrada de forma indiscutible que la naturaleza, que es jerárquica, engendra
a todos los hombres desiguales, no tratemos de explotar la envidia y el
resentimiento para asentar sobre tan negativas pulsiones la dictadura
igualitaria. La experiencia ha demostrado d de modo irrefragable que la gestión
estatal es menos eficaz que la privada. ¿Qué sentido tienen pues las
nacionalizaciones? Principalmente el de desposeer –vid. RUMASA-, o sea, el de
satisfacer la envidia igualitaria. También es un hecho que la inversión
particular es mucho más rentable no subsidiaria. Entonces ¿Por qué se insiste
en incrementar la participación estatal en la economía? En gran medida, para
despersonalizar la propiedad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria. Es
evidente que la mayor parte del gasto público no crea capital social, sino que
se destina al consumo. ¿Por qué, entonces, arrebatar con una fiscalidad
creciente a la inversión privada fracciones cada vez mayores de sus ahorros?
También para que no haya ricos para satisfacer la envidia igualitaria. Lo justo
es cada ciudadano tribute en proporción a sus rentas. Esto supuesto, ¿por qué,
mediante la imposición progresiva, se hace pagar a unos hasta un porcentaje
diez veces superior al de otros por la misma cantidad de ingresos? Para
penalizar la superior capacidad, o sea, para satisfacer la envidia igualitaria.
Lo equitativo es que las remuneraciones sean proporcionales a los rendimientos.
En tal caso ¿por qué se insiste en aproximar los salarios? Para que nadie gane
más que otro y, de este modo, satisfacer la envidia igualitaria. El supremo
incentivo para estimular la productividad son las primas de producción. ¿Por
qué, entonces, se exige que los incrementos salariales sean lineales? Para
castigar al más laborioso y preparado, con lo que se satisface la envidia
igualitaria."
Al margen de que en estos escritos nos encontramos a un Rajoy con presuntos 'conocimientos' de biología y genética -cita a Mendel-, con pinceladas 'cultas' mencionando de pasada a autores para 'apoyar sus tesis' disparatadas, lo cierto es que este hombre es peligroso, muy peligroso. Por ello nos produce la sensación de frialdad en el dictado de sus órdenes de ejecución de auténticas barbaridades. Y es que es absolutamente frío. Lo que hace es por convencimiento. Sus sentimientos son de hielo. Está destrozándonos, y sigue su camino con pie firme y cada paso premeditado porque tiene un fin en su mente retorcida.
Considero que TODOS debemos conocer el PENSAMIENTO de Rajoy para ponernos a salvo de él cuanto antes. Si estamos enterados de estos fines siniestros, nada puede sorprendernos ni dejarnos 'descolocados'. Unámonos todos firmemente porque lo que nos ataca es una suerte de loco que dirige a unas marionetas ya programadas. No luchamos con gente normal de ideología simplemente distinta, Es algo totalmente distinto
No debemos esperar más, después de lo conocido. O él/ellos o nosotros. Ante esta disyuntiva la opción es clara.
No debemos esperar más, después de lo conocido. O él/ellos o nosotros. Ante esta disyuntiva la opción es clara.
¿Envidia igualitaria? ¿Eso qué es? La soberbia, prepotencia, altanería, preponderancia, falta de respeto o consideración hacia el prójimo (nos engaña) y desfachatez (miente sin rubor) que este hombre ha demostrado durante los últimos 8 años y en especial, desde la campaña electoral de Nov2011 son dignas de todo un tratado psicológico, que casi me atrevo a calificar de psicótico. Este hombre tiene una mente enferma.
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