PP: BARRA LIBRE

El pronóstico, aunque no deseado, se ha cumplido. A pesar de todos los incumplimientos de su programa electoral, a pesar de sus mentiras, a pesar de una Reforma Laboral totalmente injusta y opresora para el trabajador, a pesar de los recortes en farmacia, en Sanidad y el  brutal desmantelamiento de la Educación Pública en pro de la Privada, a pesar de la aniquilación de la Igualdad de Oportunidades y su sustitución por la microeducación para los hijos de los pobres y la macroeducación para los hijos de casta, sin tener en cuenta la valía propia de unos y de otros. A pesar de las mentiras, trampas y contradicciones respecto a qué se va a hacer con la Pensiones -y en Galicia son cerca de 800.000 los pensionistas-,  Feijó se ha alzado con una amplia mayoría absoluta en una tierra que parece haberse olvidado del chapapote del Prestige y de las 'Preferentes' de Novacaixa-Galicia, esa entidad que ha proporcionado jubilaciones archimillonarias a sus dirigentes, mientras estafaba a su clientela.

Un pueblo humillado justo por un 'hijo de' esta tierra; un pueblo obligado a emigrar por el planeta para no morir de hambre; un pueblo sojuzgado y escarnecido por el poder dictatorial ha vuelto a doblar la testuz ante sus explotadores amos, la derechona recalcitrante del PP.  

Este PP se ha trabajado exquisitamente el voto, reiterando sus mentiras amenazantes,  y 
para mayor seguridad en los resultados, en el mismo Ourense se realizó, a las mil maravillas, una práctica en la que el PP es maestro: se trajeron a votar a todos los enfermos, ancianos y monjitas, en diferentes viajes, para no cansarlos, y así que cumplieran el santísimo sacramento de votar PP, con las indulgencias plenarias que tal hecho conlleva.


Tras el ''gran triunfo'', hábilmente extrapolado por Cospedal, la más cínica, a toda la veneración que algunos españoles sienten por Rajoy Brey y sus recortes, "absolutamente necesarios" para continuar en esta crisis abominable, y una vez reforzado el pontevedrés, el PP ha sacado pecho y ha decretado su peculiar BARRA LIBRE para desdicha de los ciudadanos de siempre, los que menos tienen, los más frágiles y desprotegidos.

Antes de cumplirse las 24 horas del triunfo en Galicia nos deleita Montoro con un nuevo invento para exprimir un poquiello más a los ciudadanos previa y hábilmente  desprestigiados, los FUNCIONARIOS.  El desGobierno decretó en el mes de julio el NO PAGO de la catorceava parte del sueldo, la  conocida popularmente como PAGA EXTRA DE NAVIDAD, a la 'privilegiada clase funcionarial'. Pues bien, el remate de la faena lo hacen público el 22 de octubre: Los funcionarios no sólo no cobrarán la Extra navideña, sino que tendrán que cotizar el correspondiente IPC de la misma. Es decir, tienen que pagar por algo que no cobran, y, además la retribución no cobrada, pero por la que sí se cotiza, no  computará a  la hora de fijar el pago de la pensión. Así lo recoge El país en su versión digital vespertina  del día 22.

Y esto, recordamos, no es más que "el inicio del inicio" y nos encontramos muy en el inicio. Sin posibilidad siquiera de vislumbrar "el inicio del fin", que, de momento,  desconocemos si existe.


Desde ahora los despertares de cada día ya no van a ser agónicos por las nefastas noticias que nos vomitan los medios de comunicación, sino que muchos vamos a desear que no amanezca nunca más, tal es la tristeza y horror que puebla el ambiente, sembrado por este PP incapaz y fraticida. Si ayer tarde repudiábamos la indecencia de la paga extra de diciembre, hoy Cospedal -la voraz y celosa de un "de" que la 'titule'- se muestra sádica con aquellos más necesitados y más frágiles, los dependientes.

Y mientras, se están tramitando en el Congreso unos presupuestos que se aprobarán con los votos solitarios del PP, que conseguirá superar las 11 enmiendas a la totalidad, y que serán el soporte para acabar por completo con aquel Estado de Bienestar que Felipe González instauró en esta sociedad fatigada por los abusos del fascio franquista, y que Rodríguez Zapatero, en su primera legislatura, confirmó. 



A partir de su triunfo gallego cabe esperar cualquier cosa. De la ciudadanía va a depender ahora postrarse como borregos ante los injustos y antidemocráticos caprichos de una derecha incívica o manifestarse como seres humanos con libertad de pensamiento y con una expresa voluntad de no soportar ni una más de las medidas con las que el PP nos está arruinando e intentando domeñar.

De un plumazo, este PP despótico ha barrido nuestros derechos económicos y sociales sumergiéndonos en una situación de triste impotencia que sólo podremos superar a través de la unión de toda la IZQUIERDA española. Y, si no hay otro remedio, la solución tendrá que producirse a través de la revolución. Lo que sea menos tolerar la vuelta de tuerca que nos devuelva a un pasado odioso y dictatorial.





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