LA ESPAÑA SIETEMESINA

En siete meses hemos llegado a una situación insostenible, con un presidente de desgobierno que no sabe qué hacer, con una dirección política totalmente equivocada que nos aboca cada día que transcurre a un abismo peor. España está en situación paralela a la de Grecia y a la de Portugal. Rajoy, cuando visitó el país vecino, ya comentó cínicamente cuánto le gustaban los hechos allí acaecidos, siendo la realidad de una crudeza tremenda y de una pobreza insoportable.
La gente estamos hartos del empecinamiento de Rajoy. Y la reacción de este, ante el descontento social, podría haber sido el replantearse la situación y procurar la rectificación de las acciones gubernamentales que la ciudadanía rechaza. Pero en lugar de ello su rebote es la  represión en toda regla: se amenaza incluso el expresar el descontento. La postura canalla de esta gentuza que manda pretende imponer la ley del silencio, cercenar la libertad de expresión.
Nuestros hijos, con sus carreras universitarias realizadas están emigrando a países europeos, donde poder trabajar y ejercer lo que en España les es denegado.

También nos han vetado el ponernos enfermos; los médicos no pueden atendernos porque los están echando de la Sanidad Pública; y lo hacen de la manera más vil y cobarde que uno pueda imaginar. Desvían a los enfermos a la Sanidad privada, donde les operan de intervenciones menores pero no se les proporciona ningún analgésico postoperatorio; se les da la receta y se les manda a cualquier farmacia, donde tampoco encuentran el remedio al no haber existencias de medicamentos, pues las farmacias no cobran de las autoridades autonómicas ni estatales. La ruina se masca por cualquier esquina. Está al acecho de nuestras necesidades. Todo está abocado a la privatización.
Las trampas son cada vez mayores para dificultar que los niños estudien. Ahora están jugando estos mandamases con las tarteras, más dinero, más un montón de burlas. Tampoco la universidad es asequible más que para los ricos. Los pobres tendrán que formar sus ghettos especiales para poder subsistir, apoyándose los unos en los otros, despreciados por la clase pudiente económicamente.
En Andalucía se ha retomado la leyenda de José María el Tempranillo: los supermercados de firmas ricas son asaltados para dar de comer a los ya indigentes. Ante situaciones imposibles, también radicales deben ser las acciones a tomar. Sin embargo, Juan Roig, una de las diez primeras fortunas de España, no está conforme en colaborar y avisa al ministro del Interior para que estos "ladrones" -que son gente honrada- sean encarcelados como si de terroristas se tratara. En Marinaleda, a la espera de que lo detengan, está su alcalde, Sánchez Gordillo, que ha contribuido en este "delito" tan mal visto por los auténticos saqueadores, los de guante blanco, que nos han robado y en ello siguen, siendo considerados por algunos como 'gente de bien', habiendo evadido sus (nuestros) capitales a los paraísos donde no contribuyen a la Hacienda pública española.
Nuestra sangre está siendo succionada por estos que mandan pero no gobiernan; nos toman por imbéciles. Todo, comida, ropa, calzado, medicamentos...subiendo de precio incesantemente, ahogando a la población trabajadora que no consigue llegar ni a mitad de mes..

Estos del PP y sus amigos especuladores que nos han arruinado no hablan más que  de recortar, sin explicar por qué. Nada se analiza, la imposición es la única forma de actuar. Y la verdad es que hay otras salidas a esta crisis montada por los neoliberales del mundo occidental. Es una terrible equivocación tanto recorte, máxime en un momento de recesión muy seria en España. 

Y, desde luego, si tienen que recortar, porque son incapaces de lograr otras salidas, que se recorten ellos que tanto han robado al pueblo y tantísimo han apoyado, y siguen, a los especuladores que se han zampado la riqueza del país, la nuestra. 
Nosotros no estamos dispuestos a aguantar más. Cada día nos desayunamos con nuevas "alegrías". Ahora son los "sin papeles" los que se ven impelidos a salir de España. Los echan, pues no pueden pagar la barbaridad de euros que les imponen para asistencia médica, ya que  nada tienen, ni para comer. El PP está cultivando la homofobia y el racismo; en este sentido estamos igualitos que Grecia.

La inmoralidad y el cinismo calculado del PP está consiguiendo enfrentar a los españoles con los emigrantes. A los que tienen trabajo con aquellos que no lo pueden alcanzar, porque Rajoy se ha olvidado de los 3'5 millones de puestos de trabajo que González Pons bramó en sus falsas promesas electorales. Han conseguido demonizar a los funcionarios, cuando resulta que son necesarios para el buen funcionamiento de la nación. Lo que sobra es tanto cargo público, a dedo, algunos sin saber estampar ni un garabato, que son estómagos agradecidos y cuya única tarea es cobrar a fin de mes.

La ideología neoliberal de estos del PP está acabando con lo público para imponer lo privado. Se expulsa a trabajadores de entidades públicas para contratar los servicios de empresas privadas, las de los amiguetes. RTVE ha dejado de ser pública, la de todos los españoles: no han cambiado de personal por su valía, sino por ideologizarla al máximo y manipular desde ella al pueblo. Los "urdacianos", que mienten sin ruborizarse lo más mínimo, ya están al frente de la cadena pública.
En siete meses no hay quien conozca a España. La desvergüenza de los mandatarios y la tibieza del principal partido de la oposición ha llegado a un clímax de indecencia que solo queda, como solución salvadora de los más, echarnos a la calle por las bravas.

Quizá se hayan retirado los recortes económicos a la policía -de esto se está hablando- para que no se sientan identificados con lo que son,  pueblo, y carguen contra nosotros de manera mucho más descarnada. De ser así, este PP indecente y sin escrúpulos habrá comprado mercenarios para que nos machaquen en nuestras legítimas protestas.
Habrá que pellizcar la carne blanda de este pueblo tibio.  Dice mucho la poca resistencia ante una injusticia incalificable respecto al Juez Garzón, que fue condenado por un delito "creado" contra él porque sabía demasiado sobre la trama Gürtel y su vinculación directísima con el PP. Después se aprovechó por 'las  altas esferas' para acabar con la Ley de Memoria Histórica,  y así que permanecieran en las fosas de la vergüenza los asesinados por Franco y evitar honrarlos como se merecen. Además, se procuró retorcer la Historia para convertir al asesino en el gran caudillo de una "España, una, grande y libre" para los peperos cavernarios y la Iglesia católica. Calladito está Rouco, aunque en petit comité sigue hostigando a Gallardón para que después de abolir la Ley del aborto tome las tijeras y acabe con la del matrimonio homosexual. Nada se dice de la pederastia. También en esto el Pueblo tendrá que tomar sus propias decisiones y actuar.
Septiembre está en una esquina doblada, pleno de amor y esperanza. No le vamos a fallar. Y esto no será más que el inicio del inicio del Pueblo.

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