VISTO PARA SENTENCIA

Hoy, 29 de marzo, ha tenido lugar, en el Juzgado nº 11 de  Instrucción de Valencia, la vista oral por la denuncia realizada por Antonio Asunción contra el Partido Socialista  debido a la presunta vulneración de los derechos fundamentales que le fueron arrebatados en el proceso de Primarias. Proceso aquél denominado por el ex ministro como "pucherazo".

Ha comenzado la vista a las 9'40h, siendo las 13'30h cuando la juez ha dictaminado 'Visto para sentencia'. Durante la primera parte del juicio han declarado seis testigos aportados por la parte denunciante o actora. Declaraciones largas, minuciosas, con preguntas del letrado del Sr. Asunción, por la juez, por el abogado de la parte denunciada y por el ministerio fiscal. 

El testimonio aportado a través de las declaraciones de los seis testigos ha venido a reproducir muy hábilmente los movimientos cronológicos -desde que el ex ministro decide su regreso a la vida política y 1) pone en práctica su legíitima aspiración a ser presidenciable a la Generalitat Valenciana, 2) las trabas que desde la cúpula de Blanquerías se le van poniendo día a día, hasta el momento de 3) la entrega de avales, con las decisiones arbitrarias que desde la presidencia del Comité de  Garantías del PSPV se van realizando con una (presunta) clara intención de impedir que Antonio Asunción pueda medir su fuerza con Jorge Alarte ante toda la militancia del PSPV-,  hasta llegar a la esperpéntica situación  de ser suspendido cautelarmente de militancia el ex ministro, y con admoniciones públicas en el tono que le es conocido a Pepe Blanco (el padrino de Alarte) como que o Asunción demostraba que había existido 'pucherazo' o tendría un problema.

Pues bien, el juicio celebrado hoy tenía esa finalidad: demostrar que sí había habido 'pucherazo' o fraude a lo largo del proceso de Primarias.

Después de la extensa declaración de los seis testigos, ha habido un descanso de diez minutos. La vista se ha reanudado con la conclusión de las partes y la aportación del ministerio fiscal.

En la segunda parte, como es normal, ha comenzado el letrado de la parte actora; ha expuesto minuciosa y brillantemente lo acaecidos en el pasado mes de septiembre, de acuerdo con la linea seguida en la presentación anterior de los testigos. Tras aclarar reiteradamente que nada iba con la persona del Sr. Alarte, sino contra el Partido,  por haber pervertido las normas de democracia interna que él mismo se dio, ha solicitado la nulidad de todo el proceso de Primarias, al haber sido llevado acabo de forma antidemocrática y totalmente tendenciosa para perjudicar a su representado, Sr. Asunción.

Después ha intervenido el letrado de la parte denunciada, cuyas alegaciones nada nuevo han demostrado. Han sido una repetición de lo que tantas veces hemos oído a los mandamases de Blanquerías y sus 'ecos' reiterativos. Queriendo justificar que Antonio Asunción  y  los militantes que deseamos y le otorgamos nuestro aval no tuvimos ninguna dificultad en obtener las hojas-modelo donde firmar, adujo que Asunción había recabado más de 3.000 avales, pues las citadas hojas podían obtenerse en internet; pero ha obviado, claro está, que esto era ya una dificultad añadida  que no existía  en la mayoría de agrupaciones, donde se había recibido la llamada intimidante de Blanquerías y en las que sólo había hojas con el nombre de Jorge Alarte.  Otro hecho que me ha llamado poderosamente la atención es que, para justificar que al ex ministro no se le hubieran facilitado los censos para poder contactar con la gente y pedir su aval, ha dado el letrado una explicación nada clara. Según éste, los censos sólo se facilitan al candidato, pero no al aspirante a candidato. Cierto es que Jorge Alarte había sido elegido candidato por su Comisión Ejecutiva de País y ratificado por el Comité Nacional. Pero, en este caso, si Alarte ya es candidato ¿por qué juega a no serlo, solicitando él también avales al igual que lo estuvo haciendo Antonio Asunción?  Si era candidato ya, no tenía motivos para solicitar avales. Y si pedía avales debía de ser porque no era o no se consideraba candidato. En este último caso, y en el momento en que juega a forzar avales para su candidatura, tienen tanto Alarte como Asunción el mismo legítimo derecho a consultar los censos de la militancia. Salida no hay otra. En la paradoja el propio Alarte se ha metido.
Creo que el abogado del Partido no se ha dado cuenta de la contradicción  que él mismo  ha construido.
Desconozco si la parte denunciante va sobrada o si hay encerrado y comprado algún otro 'pucherazo', pues ni ha presentado testigos, ni ha utilizado la oportunidad de interrogar al denunciante, Antonio Asunción.

El ministerio fiscal ha intervenido a continuación, y su actuación todavía me ha sorprendido más. Lo habitual es que todos los profesionales que intervienen en un juicio, juez, letrados, fiscal, conozcan de antemano la documentación presentada por las partes. Pero, si se realiza una vista oral existe el añadido muy valioso de las aportaciones testificales, así como las conclusiones de ambas partes.  Lo normal es que, oídos los testigos y las conclusiones de los letrados, el ministerio fiscal emita su personal conclusión, que tiene que ver siempre con lo acaecido durante el juicio, y que lo haga in voce.
Sin embargo en el juicio oral de hoy nada de eso ha sucedido. El ministerio fiscal llevaba por escrito (a máquina u ordenador) su exposición en ocho o nueve folios grapados por su parte superior izquierda y que se ha limitado a leer.

De lo que deduzco que, para el Ministerio fiscal ya estaba demasiado claro, de antemano, que iba a posicionarse en contra de Antonio Asunción. Ni una sola mención a las intervenciones de los testigos ni a nada de lo alli sucedido a lo largo de la mañana.

Las últimas palabras han sido las de Su Señoría: VISTO PARA SENTENCIA.

Confiemos en que también sea de Su Señoría, sin interferencia del Ministerio fiscal, la decisión última, que quedará plasmada en su SENTENCIA. Y que las muchas notas tomadas a lo largo de este largo juicio le sirvan  para emitir JUSTICIA en el ámbito propio de Ella. No las desvergüenzas impropias de un Partido que debería ser adalid de Democracia y Libertad, y parece haberse convertido en una batalla de inmaduros e incapaces que sacan la navaja por un cacho de poder, perdida la dignidad propia, la ideología y los principios sagrados de Pablo Iglesias que deberían ser su único norte.

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