NO ME GUSTA NADA LA SITUACIÓN

Hoy, 23-F, gran parte de la ciudadanía española, a cuyo frente estaban los dos grandes sindicatos de este País -UGT y CCOO- se han manifestado contra el "pensionazo", que pretende estirar la edad de jubilación hasta los 67 años.

Es curioso que se haya sumado a esta protesta contra el gobierno de Zapatero mucha gente de derechas; unos, solapados, pero otros, sin rubor alguno, plantaban cara, cuando lo propio es estar en la otra acera, no en la de la izquierda. Parece claro que, con su presencia, no sólo expresaban su no a Zapatero -pues ya tienen otras vias donde materializar este odio- sino que pretendían hinchar el número de los presentes.

Han tenido razón los sindicalistas. Cuando se adelantó el tema relativo a las pensiones, ya avisaron los sindicatos que manifestarían su radical oposición; entre otras cosas porque no parece éste el momento justo para tratar el presente tema. El colchón de la Seguridad Social es fuerte, y ninguna prisa corre para complicar más las cosas, con los tantísimos problemas que, en este momento, hay.

Desconozco qué presiones ha sufrido Zapatero para realizar este viraje hacia la derecha, pero ni la CEOE, ni la política ultra liberal del PP deben someter su voluntad. Debe ser consciente Zapatero de que es el Secretario General del Partido Socialista Obrero Español, además de presidente del Gobierno, y que es imposible separar ambas condiciones, que están ahora aunadas en su persona.

No vamos a frivolizar sobre el tema internacional de la crisis, y que ésta, que comenzó siendo financiera se ha alargado y embrutecido bastante más de lo previsible. Pero, he de volver a instirle al presidente Zapatero que las cargas de las mismas no deben ni van a pagarlas los de siempre, los trabajadores. De la habilidad del presidente dependerá la fuerza de la inmensa ciudanía para plantar cara a los indecentes de siempre. Y de aquí se derivará la fuerza electoral para seguir mandatando este País.

Los únicos apoyos que no le fallarán a Zapatero, además de su inteligencia y capacidad de gestión, serán los partidos de izquierdas y los votantes de este su lado.

El PP lleva días pitorreándose de la negociación que el presidente ha pedido y les ha ofrecido, a modo de tarea de Estado, para salir cuanto antes de la crisis. Unos con burlas, otros sin ellas, pero el resultado es el mismo: un opinión negativa a llegar a buen puerto, a no ser que el gobierno se pliegue a los argumentos del PP. Se acepta el condicionante, o nada (con bombo, platillo y todas las absurdas mentiras que por doquier van soltando).

Zapatero, si desea continuar las magníficas políticas de bienestar social y de protección a los más débiles, tiene un solo camino. Pero es él quien debe decidir. 

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