¿QUIÉN ES EL ENEMIGO?

Durante la pasada semana Valencia se ha visto sumida en una mala pesadilla que nos hizo a muchos retroceder en el tiempo y ubicarnos en aquellos años del franquismo, entrando los grises a caballo en la Facultad y pegar con odio a cualquiera de los que pudriéramos hallarnos a su vista, sumando a las graves agresiones físicas sus consabidos insultos, propios de gentes de baja estofa, donde el mejor vocablo era 'puta' o 'maricón'.

Ha sido en el Instituto de Secundaria "Lluis Vives". Los alumnos del mismos salieron a protestar contra los recortes en Educación, protesta totalmente pacífica que la Delegada del Gobierno no ha sabido abordar. Allí acudieron ingente cantidad de furgones policiales; la policía nacional revestida como si contra un peligrosísimo ejército hubiera que luchar. Las brutales cargas policiales, además de heridos, vulneraron chulescamente los derechos de los jóvenes estudiantes. Insultos y amenazas verbales absolutamente reprobables. Ahora estos del PP lo niegan y procurando darle la vuelta a los hechos, desmienten la contundencia de las agresiones y hablan de infiltrados antisistema de izquierdas.

Antisistema de izquierda somos muchos, pero no violentos, a no ser que nos ataquen brutalmente. Somos de izquierdas y nos sentimos muy orgullosos de serlo. Y somos antisistema porque este sistema que deja desprotegido totalmente al trabajador de su derecho esencial a un trabajo digno, que cercena a los estudiantes el derecho primordial a una enseñanza pública y de calidad y que abandona a gran parte de la ciudadanía a sus enfermedades, pues también ha destrozado la Sanidad Pública -que era admirado fuera de este país- no merece más que nuestro desprecio. En este sentido somos profundamente antisitema. 

Los estudiantes universitarios, con la Facultad de Historia al frente, se han sumado a favor de la defensa de los alumnos del Lluis Vives. Y España entera ha sido un clamor, "Todos somos Valencia". Los rectores de las dos Universidades valencianas se han entrevistado con Paula Sánchez de León, y le han transmitido que las facultades estarán siempre en disposición de albergar a los estudiantes que se están manifestando en la calle, con los libros esgrimidos como sus armas frente a las porras y las pelotas de goma de los mercenarios.
Rajoy se hallaba en Londres, y desde allí mostró su preocupación no por el apaleamiento contra los estudiantes -muchos menores de edad- sino por la imagen que España podía dar ante el resto de los países. Esto era para él lo importante. Se sumaron las palabras del Ministro de Interior respecto a la desproporcionabilidad empleada por los policías. 
La suma de todas estas circunstancias ha hecho rectificar a la Delegada del Gobierno, la mism a que apoyo incondicionalmente las palabras del Jefe Superior de la Policía que, para explicar lo inexplicable, el apaleamiento indiscriminado, salvaje y bestial contra niños, habló de ellos como "el enemigo". Estas palabras han levantado ampollas y bien fuertes.

Ayer y anteayer volvieron a manifestarse estudiantes, amigos, padres, madres, familiares de toda clase y todos aquellos que, indignados, nos hemos sentido solidarios del Lluis Vives. Se ha pedido a voz en grito la dimisión de la Delegada y del tal Antonio Moreno. Lo mismo han hecho los líderes de los Partidos de la oposición. El asunto fue trasladado al Parlamento español y también al europeo. La policía ha observado sin intervenir. La mejor muestra de la fuerza que la unión conlleva.

Hoy Wert en el Congreso se ha dejado llevar por el cinismo que lo invade y ha culpado al Partido Socialista de haber encabezado la violencia. ¡Qué más quisiera el PSPV que tener el poder que Wert le otorga! 

Las palabras de Wert son un desprecio a la autóma decisión y responsabilidad del alumnado del Lluis Vives. Nadie tiene que manipularlos. Son suficientemente inteligentes y están concienciados de los abusos  del Consell, que, tras haber quemado el dinero entre fastos y amiguitos del alma, se ha quedado en la más profunda de las ruinas para hacer frente a las necesidades más básicas.
La diferencia estriba en el color: pasado y presente
La revolución estudiantil en Valencia es conocida internacionalmente como la Primavera Valenciana. Nos sentimos orgullosos de nuestros estudiantes. Y una cosa deben tener bien clara:  los sucesos de estos días les habrán hecho madurar increiblemente. Ahora ya tienen la marca del saber en sus almas. Armas, los conocimientos y la cultura, mucho más poderosas que las porras y el ensañamiento de los esbirros. 'El saber nos hace libres'; por ello el PP no tiene interés en la formación cultural del pueblo.

Adelante, muchachos. Sed conscientes de cuál es vuestra fuerza y sed honestos con vosotros mismos. 


Comentarios

  1. Por favor, María Dolores, añade Montaner para evitar confusiones indeseables con Marco. Se lo debes a los despistados. Aunque una vez que se comienza a leer tu blog se disipan todas las dudas.
    Saludos

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  2. Gracias, Anónimo.

    Pienso que es 'la otra' la de que debe poner su segundo apellido (que, para más inri, también comienza por 'm')

    Yo soy la auténtica. Lo poquito que soy y lo poco que tengo lo debo a mi trabajo y a mi coraje para salir siempre adelante de los muchos problemas que la Vida nos trae.

    Nunca me he aprovechado de nada ni de nadie. He trabajado (y sigo) sin mirar horas ni salud. Y esta sujeta no va a hacerme abdicar del nombre con el que habitualmente firmo, aunque me siento orgullosísima de mi madre.
    ¿No crees?. Además, un poco de morbo para los despistados tampoco está mal.

    Muchas gracias por tu amable sugerencia.
    Un saludo cariñoso.

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