ACCIDENTE DEL METRO EN VALENCIA

El 3 de julio de 2006, a mitad mañana, se produjo en la linea 1 del Metro de Valencia el mayor de los accidentes de metro habidos hasta ese momento. El terrible resultado fue el de 43 fallecidos y 47 heridos.

Faltó una baliza, cuyo coste era simplemente de tres mil euros, para que, ante cualquier contingencia, el tren hubiera frenado y la tragedia no se hubiera producido. Dentro de cuatro meses se cumplirán cuatro años de esta horrenda masacre, y hasta la fecha todavía no se han dignado las autoridades del PP a recibir a los familiares de las víctimas con el debido respeto que se merecen, ni ha habido las repercusiones políticas consecuentes. Al contrario, incluso la Plaza de la Virgen, lugar emblemático en la ciudad de Valencia, les fue prohibido a la Asociación de Víctimas del Metro 3J para reunirse, manifestarse, etc. Pero esta Asociación, presidida por Beatriz Garrote,  ha sabido mantenerse fuertemente unida en su dolor  y cada dia 3 de cada mes se manifiestan, de manera abierta, con amistades y gente que se siente solidaria con su causa, en dicho lugar, a la espera de una respuesta coherente de las autoridades del Consell.

Nadie ha dimitido por la masacre sucedida. En aquellos días era Conseller de Obras Públicas e Infraestructuras el fallecido García Antón. Ni él ni el ahora titular de la cartera, Mario Flores, abrieron la boca más que para echar la culpa al maquinista, también fallecido en aquél accidente, tal y como se dictaminó en un juicio sorprendentemente rápido, donde el principal testigo, el maquinista, tenía los huesos ya bajo tierra. Camps, quizá temiendo que el traje le quedara salpicado por alguna mancha de sangre, se hizo  -una vez más-  el huidizo.

Al cabo de muy pocos  días de esta tragedia se esperaba la vista de Ratzinger a Valencia, para el encuentro con las familias. Y estas muertes cayeron como jarros de agua fría sobre las autoridades que temían que se estropearan todos los fastos que, con la inestimable ayuda de los de la Gürtel, tenían preparados para la recepción del primer mandatario del Estado Vaticano.

Recuerdo la fría despedida, en la Catedral de Valencia, a los pobres muertos, que de nada se enteraban ya, pero sí sus familias. Parecía haber una prisa inmensa para llevar el muerto al hoyo y que el vivo pudiera dedicarse a su rollo. Cuando los féretros iniciaron el regreso último a sus respectivos pueblos, sentí en mi interior que los personajillos del PP experimentaban una profunda liberación por una tristeza fingida;  éstos que dicen tener 900 euros en su cuenta corriente, o  los que declaran no tener casa (me pueden creer, que si no me molestasen tanto los olores, ofrecía yo la mía para compartirla temporalmente).  A la mañana siguiente, Valencia era otra vez luz, color, risas, algarabías, banderitas blanqui-gualdas y una contumaz preparación de adoctrinados fieles para abuchear al presidente Zapatero. Los que dirigían el cotarro tenian las "manos limpias" y sus conciencias totalmente vacías. Y así continuan ante un pueblo anestesiado.

Ayer, 3 de marzo, la Asociación Victimas del Metro 3J ha vuelto, como cada mes, a concentrarse en la Plaza de la Virgen, y aquí su presidenta, Beatriz Garrote, ha anunciado que el 23 de abril (fecha de cultura), habrá un homenaje a las víctimas en Burjassot (Valencia).   Actuarán alrededor de quince artistas, entre los que se puede ya adelantar la participación de Luis Eduardo Aute y el grupo "Obrint Pas", de manera absolutamente desinteresada.
Para la realización de este acto están colaborando con la AVM 3J el periodista Emili Piera y el escritor Alfons Cervera. Este último ha puntualizado que este homenaje "no es un punto final", sino más bien "un punto de partida, a partir del que continuaremos luchando aún con más fuerza." (sic) 

"Será un acto público donde la sociedad valenciana dará la cara  para que no ocurra lo que las administraciones públicas quieren: que se olvide el accidente", ha concluído la sra. Garrote.

Ahí, en Burjassot, estaremos, y, como desde el primer momento, seguiremos dando nuestro apoyo a las víctimas y exigiendo a los mandatarios del PP que asuman sus responsabilidades, y, si conocen la conjugación del verbo dimitir en primera persona, que comiencen a ponerla en práctica, y, aunque el daño ya está hecho, al menos que la AVM 3J y todos nosotros comprobemos que, ante el inmenso dolor, se ha hecho auténtica justicia  y no siga produciéndose la constante burla y el mirar hacia otro lado.

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