RUS EL DESLEAL

Alfonso Rus  se caracteriza por muchas cosas, cuyos adjetivos no serían especialmente bondadosos, pero su deslealtad es algo predominante en este personaje sin escrúpulos. En Xàtiva, donde es alcalde desde 1995, ha cultivado demasiadas desafecciones, simplemente por mentir y engañar a sus conciudadanos; muy poca gente se fía de él, sin embargo, y a pesar de insultar a sus votantes, a los que llamó públicamente burros por creerse uno más de sus embustes -traer la playa a Xàtiva- siguen votándole. Es éste un fenómeno antropológico del que hablaré otro día.

Ahora, una vez más, ha demostrado de qué calaña es: si hace diez días proclamaba a voz en grito su íntima estima por Camps, al que había que mantener contento, tras el disgusto de éste al remitir el juez Pedreira al TSJCV el asunto de los trajes, ampliando hasta siete posibles delitos al todavía Molt Honorable President, ahora, ante el ninguneo de Génova y la cobardía de Rajoy, ha tomado la delantera para descabalgar a Camps de la presidencia de la Generalitat.

Conocido por todos es la no demasiada empatía entre Ripoll (zaplanista) y Paco Camps. Por lo que, de inmediato, Rus da la vuelta a su chaqueta por el lado "ripollista". Como, tras tantear el terreno, se percata de que no es él el posible candidato a sucesor de Camps (por mucho que diga una cosa y su contraria a la vez), propone a su mano derecha en Diputación,  diputado autonómico y alcalde de Villamarxant, Vicente Betoret. Esgrime como  uno de sus mejores valores el hecho de que Betoret es joven, 37 años; con lo que reune los valores que se han puesto de moda en los grandes partidos: la renovación por la edad, no por la experiencia, ni por la honradez, ni por sus habilidades políticas ni por sus ganas de servir a la ciudadanía. Además, al ser Betoret íntimo suyo, Rus ganaría en prestigio y ascenso político.

A Ripoll no le ha parecido mal la propuesta, por  lo que ahora el presidente de la Diputación de Alicante y el de la de Valencia, aunadas sus fuerzas, presionarán a Génova para que dé la puntilla cuanto antes a Camps y acepte la brillante idea llegada de la Comunidad Valenciana. Con Carlos Fabra no hace falta contar; al margen de su enfermedad, sus imputaciones judiciales lo han dejado ya a las puertas del jurado popular, por lo que, cuanto menos se hable de él, mejor para el PP.

Y como una prueba más del rápido desafecto de Rus hacia Camps es lo publicado por Levante-EMV hoy acerca de la reclamación de Alfonso Rus al Consell, por vía administrativa, 48.800 euros de indemnización por daños y perjuicios ante la "desaparición" de la obra pictórica "Paisaje. Jardín Botánico" de Josefina Inglés Capella; óleo cedido por Diputación a la Generalitat para ornamento de uno de sus salones ilustres. Ante la actualización del inventario que se hizo en Diputación, la respuesta de la Subsecretaría de presidencia acerca de la "pérdida" de dicha obra se confirmó en noviembre de 2009. Y es ahora, transcurridos siete meses,  cuando Rus se acuerda de exigir, al menos, la compensación económica de la misma. Hasta ahora, por si acaso, se mantenía calladito y hoy, "gallito". 

Rus carece de sentimientos, en esto es totalmente primitivo. Siempre dispuesto al mejor postor. No tiene amigos, sino intereses. Si esto lo hace con gente de su partido, ¿qué no hará con la oposición? Por desgracia, lo sabemos. Pero ya le llegará la hora también a él.

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