CUANDO LA IDEOLOGÍA ES SÓLO AMBICIÓN PERSONAL


Buscar ideología en el PP es un camino fácil. La suya, su idología, es el fascio duro y puro. Aniquilar al otro, sembrar el terror del racismo y la xenofobia. Parejo y más atrayente, aunque no es excluyente de lo anterior, es el excesivo amor por el dinero...de los demás. La acumulación  del mismo y los vicios y deslealtades que puede conllevar es la tarjeta de visita de estos sujetos del PP. Nada edificante, de verdad.

García Albiol, del PP, en Badalona, necesita apoyos para poder gobernar este ayuntamiento. Este personaje es bien conocido por sus apologías contra los emigrantes. La causa por los folletos lanzados alentando el racismo y xenofobía va a ser reabierta a instancias de SOS Racismo y Agrupaciones Gitanas Catalanas. Sus arengas contra los gitanos han sido aplaudidas por Sánchez Camacho y en presencia de Rajoy, sin que éste manifestara jamás ascos ante las ignominioses palabras alentadoras de violencia y racismo.
Ahora, Albiol, para gobernar la tercera población de Catalunya, necesita apoyos. CiU se los va a dar sin problemas de ningún tipo. Lo importante es probar el 'pastel' del gobierno municipal, y, a ser posible, quedarse con una buena tajada. ¿La ideología? ¿Qué es eso?. Money, money.

En Extremadura se encuentran empatados en parlamentarios el PP y el PSOE. Es Izquierda Unida quien debe inclinar la balanza del gobierno hacia la derecha o hacia la izquierda. Y, contrariamente a lo voceado en la pasada campaña electoral por Cayo Lara, Corominas parece que va a inclinarse por coaligarse con el PP. De hecho, Guillermo Fernández Vara (PSOE), presidente en funciones de la Junta de Extremadura, tiene las maletas preparadas para regresar a su trabajo anterior. A cualquier precio, no, ha confesado.
Parece un oximoron la unión del PP e IU. ¿Y la ideología, la de IU, claro? Nuevamente el interés personal y el dinero son los únicos amos.

El Partido Socialista se halla en horas extremadamente bajas. Su desnorte es marcado. La forma de abordar la crisis es propia de un gobierno de derechas. Los ricos siguen siendo más ricos. El impuesto de Sucesiones está todavía suprimido, desde que el presidente Zapatero tuvo su feliz idea; este impuesto afecta de manera especial a las familias adineradas, para que sigan aumentando sus privilegios y sus bolsillos. Nada del bolsillo de las grandes fortunas ha sido mermado. A los bancos se les ha mimado más de lo que estaban ya. Los pobres, que abarcan ya a lo que antes podía llamarse clases medias, son los que llevan la cruz de la merma de de sus ingresos, funcionarios, empleados públicos, y pensionistas.
La reforma para hacer frente a la crisis ha sido realizada tan sólo desde un costado. El otro sigue entero.

También la clase política, toda,  no parece haberse enterado de que nos hallamos en una crisis muy profunda. Su ritmo de vida continúa más de lo mismo. Sus viajes en preferente, sus coches oficiales, sus dietas, con las que las familias enteras de pobres de Senegal, por ejemplo, podrían comer algunos años. Sus trajes, ellos; sus modelos, ellas. Una vida de lujo.

¿Cuantos españoles, mejor cualificados que los políticos -en general-, pueden llevar este tipo de vida? Nadie, si no es 'metiendo la mano'.

Tras los comicios del 22 de mayo nada ha cambiado. El PP domina buena parte de las autonomías y sus municipios. Y cuando ponga en práctica su política económica, sabremos 'lo que cuesta un peine'. Y vamos a ser los paganos los mismos. Pues la política económica aplicada por Zapatero es la propia de la derecha, de cuyo esquema ultraliberal  surge la gran crisis.

Ahora parece darse cuenta el PSOE de que ha perdido su horizonte, tras el batacazo electoral. Varios de sus 'barones', aunque algún que otro no llega al rabito de la be, y se queda con uve simplemente (sin entrar, por supuesto en sus preferencias personales) han olvidado rápido sus propias carencias, democracia interna, por ejemplo, y echan la mirada a Madrid culpando de sus 'pecados' a la crisis y a Zapatero. De forma que alguno de estos sujetos se ha sumado a la llamada de Patxi López, pero Zapatero con quien ha hablado es con el lehendakari, el otro no cuenta para nada, es un advenedizo cuyas maniobras están ya exigiendo clamorosamente  su dimisión como secretario general. Pero su ambición propia es pura y simplemente mantener sus posaderas pegadas con supergen en el sillón de los euros. ¿Y el ideario de Pablo Iglesias? ¿El ide...qué?

Esta sí que es una gran crisis, la crisis de los valores, la crisis de las ideas, la crisis de la ilusión por un mundo más justo. ¡Que triste es! Después de tantos años luchando por las ideas...y algunos se han encargado de convertirlas en moneda de cambio del dolce far niente!

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