NI IDEA DE POR DÓNDE VAN

Ni sabe él ni saben sus ministros por dónde van. Unos hablan, otros desdicen lo anterior, un caos impresentable en estos señoritos que se pasaron más de año y medio, con sus meses, semanas, días y horas, criticando a Zapatero y hablando de improvisaciones, desde aquel mayo de 2010. Pero jamás estuvo España en la situación actual, ni las dichosas primas de riesgo fueron tan elevadas, ni Europa puso en duda la palabra de Zapatero como ahora sucede con Rajoy, el señor de la confianza. Jamás rehuyó Zapatero responder a la prensa ni se negó a dar la cara ante la totalidad de los españoles. Demostró algo de lo que Rajoy carece, valentía.
Con ello no estoy avalando la política económica de los últimos tiempos de Zapatero. Ni mucho menos puedo aceptar que un Presidente socialdemócrata practique una política económica de carácter neoliberal. Aunque aquello comparado con los primeros pasos de Rajoy no se parece en nada, fue bastante light.

Ni Rajoy ni su gabinete saben por dónde van. A pulso han conseguido el desprestigio personal al haberse puesto negro sobre blanco la cantidad de mentiras que vomitaron en campaña electoral. No solo nada de aquello han cumplido, sino que están en vías de destrozarnos por completo este país. Puesto su ojo de mira solo en los mercados ante los que se genuflexionan, se han zampado más de 100.000 millones de euros en detrimento del Estado de Bienestar, especialmente en aquello que es intocable, EDUCACIÓN y SANIDAD. Y ya espera Rajoy el momento de soplar al oído de no quién será esta vez que necesitan los mercados 50.000 millones más de euros. Hay que sanear las entidades financieras, hoy lo anunciaba con la cifra citada más arriba Fernández Ordoñez.
Y Rajoy teme al pueblo, no tiene los arrestos necesarios para encararse ante la ciudadanía española y decirle que la va a dejar sin plumas y cacareando. Y no es que no sepa hablar; en su momento empolló los temas cuyo recitado le valió la oposición de Registrador. Pero los avatares presentes no son de recitar de memorieta. Hay que crear el discurso  y de forma tal que la ciudadanía lo entienda. Pero para ello, primero lo debe entender él mismo. Y Rajoy no entiende qué pasa. Va perdido, huyendo de unos y de otros.

Sus únicas palabras son las de la herencia recibida y aquello de que todos hemos de arrimar el hombro, en referencia a la oposición. Ahora la culpa de sus desastres intenta echársela a los que antaño no solo despreció, no ayudó, sino que puso todos los palos posibles en las ruedas para que se despeñaran y coger él y los suyos la Moncloa y el poder que desde allí se tiene. Ese es otro buen ejemplo de cobardía infantiloide: no saber aceptar los propios errores.
Todavía la oposición toda, a día de hoy, martes 10 de abril, han estado ofreciéndose a colaborar siempre y cuando no se pisen los pilares básicos del Bienestar, Y Rajoy huye por las cocinas de palacio en busca del pasadizo escondido y huir donde nadie lo pueda ver ni preguntar por los 10.000 millones más a quitar en Educación y Sanidad.

En Valencia la Generalidad debe al IVO, Instituto Valenciano de Oncología, que no trata resfriados comunes, ni deditos llenos de balines, la cantidad de 58 millones de euros desde 2009. Por el IVO pasan miles de enfermos de cáncer, y allí fueron tratados casi 4.000 pacientes este año pasado. ¿Para qué está el dinero, que es nuestro, de todos nosotros? ¿Para tener contento a Ecclestone, a Calatrava, el de los edificios cadavéricos por los que cobra una copiosa pasta, a los amiguitos del alma, cuyas 'cosiellas' van saliendo a la luz cada día más?.....
Con lo que se dona a la Iglesia anualmente, más de 10.000 millones de euretes, nos hubiéramos ahorrado el disgusto de ayer. Y hay hacer caso a los técnicos de Hacienda, poner en su puesto el número necesario para fiscalizar hasta el último céntimo a las grandes fortunas.
Pero Rajoy rechaza también gravar las grandes fortunas, no sea que se le enfaden los amigachos. Y aquellos que han evadido a paraísos fiscales que se sepa su nombre, para poderles escupir en las plazas públicas, y de amnistía nada. Eso es abrir las puertas a los grandes traficantes de drogras, de putas obligadas, de juego y de todo el vicio que nos aleja a marchas forzadas de lo propio de la humanidad. Lo que nos insensibiliza y nos impide el placer de emocionarnos ante una hermosa pieza musical, un precioso cuadro, una exquisita novela, un bello atardecer o la risa alegre e inocente de los niños.

Rajoy y adlátres, se han equivocado, deben crear productividad y eso da empleo y alegría. Dar dinero a los bancos solo para que aún se enriquezcan más es perverso.

Nosotros lo estamos pasando mal, lo pasaremos (con nuestros hijos y nietos) pero. Pero ustedes no van a salirse de rositas, señor Rajoy and company.

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