¿DICTADURAS?, NI UNA MÁS, VENGA DE DONDE VENGA


Llevamos treinta años largos de democracia, en que la derechona se sigue sintiendo viuda de Franco (me valgo de un recurso literario de mi admirado amigo y maestro Rafael Fernando Navarro), y en esta tristeza de la viudedad añorante no cesa en su empeño por recuperar la herencia del fallecido. 
En lugar del autoritarismo de antaño, tras la muerte del dictador, poco a poco y con infinita generosidad por parte de todos se llegó a la instauración de la democracia. Ella trajo consigo la promulgación, en 1983, de una Constitución elaborada por diferentes hombres de distintas ideologías,  que ambicionaban una España mejor y más justa. Esta Constitución o Carta Magna es  la "mater protectora"  de todos los ciudadanos, la cuidadora de sus derechos y la que les va a exigir, en consonancia, sus deberes.
Cuando El Partido Socialista llegó al poder  en 1982 el pueblo español se volcó en él. El entusiasmo preñó especialmente a aquellos que habían sufrido las masacres de la incivil guerra fraticida y los posteriores masacres de una dictadura sin piedad. Muchos creímos que el aire era portador, incluso, de mayor cantidad de oxígeno para que pudiéramos respirar con absoluta libertad. Por  fin se podía hablar, exponer y opinar en voz alta, sin el temido miedo a chivatazos por no ser del régimen.
El Socialismo fue uno de nuestros referentes. A él nos unimos, y por él trabajamos con ilusión indescriptible, y él marcó a fuego el corazón de algunos quizá demasiados ingenuos. Era y es nuestro Partido (el posesivo tiene carácter sólo afectivo). Con el tiempo hemos ido aprendiendo y madurando, conscientes de que el Socialismo necesita de un aparato, como cualquier partido. Aparato desprovisto de alma y sentimientos, desconocedor de los nuestros. Vinieron algunos desengaños, pero siempre acompañados de un mejor conocimiento de cómo funcionaba nuestro partido, y la cercanía de algunos líderes que nos ayudaban a entender lo que en un principio ni nos planteábamos. Así hemos ido creciendo en todos los sentidos, personal, profesional y políticamente. Y ahora sabemos muchas cosas que nos repelen de algunos representantes socialistas.
En  septiembre de 2008, en el XI Congreso Nacional del PSPV, sale Jorge Alarte de Secretario General frente a su adversario, Ximo Puig, por un escaso margen de votos.
Previamente, en el Congreso Federal y siendo todavía Pepe Blanco Secretario de Organización del PSOE, forzó éste la desaparición de la organización comarcal y de los Secretari@s  Comarcales, instituyendo en su lugar la división provincial.
Alarte "montó" el Congreso Provincial, y de allí salió elegida su "amiguita-protegida", Carmen Martínez, alcaldesa de Quart de Poblet y Diputada Provincial.
La repercusión por la desaparición de las estructuras comarcales es enormemente nefasta. La gente está desorientada, aislada, sin ayuda para llevar adelante su papel en la oposición en muchísimos  municipios pequeños, donde ahora quizá ni se pueda conformal lista electoral.
En el País Valencià la distancia afectiva con los poderes del aparato del PSPV es abismal. Alarte no cumple lo prometido en el Congreso (llegando incluso a aliarse con su oponente Ximo Puig, por temerle en unas posibles primarias). Su mediocridad, la de Alarte, se hace más patente día a día.
Ante esta situación auténticamente de pena, decide Antonio Asunción presentarse a unas elecciones primarias para, con su experiencia y esfuerzo, intentar sacar adelante el PSPV. Aquí comienza, desde el aparato de Blanquerias, una guerra sin cuartel contra Asunción y sus avalistas. Se han disuelto agrupaciones, se han montado gestoras tuteladas por la Secretaría Provincial, se ha despreciado a la militancia que apoyó (y apoya) a  Asunción, es una especie de persecución de brujas contra todos los que no estamos sumisamente al servicio de la dirección "oficial" del PSPV. Alarte se ha enrocado con los pocos de los que parece fiarse, aunque siempre ojo avizor. Entre los que se mantienen a su alrededor se ha impuesto el silencio del pánico, del miedo. Ese miedo que parecia que habíamos perdido con la llegada de la democracia, y, en especial, del Socialismo.
Ahora la víctima perseguida es Antonio Asunción, del que todos los que le han conocido en sus tareas políticas se deshacen con razón en alabanzas por sus criterios innovadores, de ahorro a las Instituciones públicas y por su exquisito hacer siempre. Desde Alcalde de Manises -cuando ni Jorge Alarte sabía aún vestirse solo, ni Carmen Martínez había acabado el bachillerato- hasta Presidente de Diputación, Director General de Instituciones Penitenciarias (donde implantó una serie de reformas todavía vigentes) y luego Ministro de Interior, de donde dimitió, tras la fuga de Roldán,  por simple responsabilidad política, regresó al quehacer político de su tierra. Y tras no obtener la Secretaría General, se retiró temporalmente de la vida política activa y retornó a la empresa privada, donde el buen hacer también ha sido una de sus características.
En el asunto de las Primarias, el recuento de avales fue el primer  punto serio de fricción, y, ante el convencimiento y pruebas de lo que Asunción denominó "pucherazo", tomó éste la decisión de denunciar el procedimiento ante la Justicia. Desde ese mismo momento no han dejado de surgir las calumnias, ataques al propio honor e injurias de todo tipo contra el ex ministro.

Se le ha tidado de ser un infiltrado de Camps, de querer romper el PSPV para luego ser
Conseller del PP, se le ha gritado que no tiene más que deudas, se ha hablado de verle cenar con Rafael Blasco  la noche de 9 de octubre. Estos, que tanto hablan, deberían afinar los instrumentos y no tocar de oído: no aciertan ni con quién ceno, ni dónde ni tan siquiera el día. Quizá estuvimos cenando él y yo....Estos tipejos deberían volver al "catón"  y al cole.
Esta gentuza, con Alarte a la cabeza y la desgañitada y soberbia Carmen Martínez, que grita sin saber  lo que dice han desvirtuado totalmente el socialismo. Su único fin es aposentarse y vivir a cuerpo de rey sin procupaciones, que en la oposición se está mejor.
Han mentido ante Ferraz, y si desde el Federal, en lugar de tomar una solución  salomónica, deciden suspender de militancia a Antonio Asunción, he de confesar que nuevamente me han engañado. Pero lo que tengo claro es que quienes han traicionado los principios socialistas son ellos, no yo ni otros que pensamos igual.
Puede suceder que haya más bajas en el Partido. El descontento es grande y va in crescendo. Yo, de entrada, voy a aguantar fiel a mis principios. Si me quieren tirar, es cosa de ellos. Pero Asunción no puede ni debe ser penalizado por defenderse a través de la misma Constitución que en 1983 nos dimos los españoles. Ni él la ha vulnerado ni tampoco nosotros. Lo único que hace es defenderse de las calumnias de unos catetos impresentables. Así debe hacerlo, y ahora más todavía, y sin piedad ante acusaciones tan burdamente falsas, que pretenden deteriorar su honor. Me desencantaría que Marcelino Iglesias o  Pérez Rubalcaba actuaran de forma tan frívola. El aparato del Partido no puede actuar como apisonadora de los derechos fundamentales que tanto nos costó conseguir. hasta ahí podríamos llegar.
La verdad se sabrá, por supuesto. Pero hay que darle tiempo al tiempo, "con el tiempo tendrás tiempo, lugar y ocasión". Aunque es tal la indignación,  que desearíamos ver la verdad ya. 
Las ideas que consideramos justas, y que son constitucionales, son las de la defensa de la libertad de expresión mientras no se vulnene la imagen del otro con calumnias e injurias. Las ideas defendidas es que cada cual, al sentirse herido en su honor e imagen, utilice los medios legales  para defenderse y que le sea restaurado lo que tan vilmente le ha sido robado.
Si esto le parece mal al aparato del partido, es que este aparato también está podrido y alejado de la Constitución, se habrá contagiado de "peperismo".
Debería considerarse absolutamente normal que una persona como Antonio Asunción, a lo largo de su vida política y empresarial, haya conocido a todo tipo de gente, y que con algunos de ellos mantenga una cordial relación. Pensar lo contrario es no conocer a Antonio Asunción y ser un infantiloide de la vida.

Lo malvado de estas "acusaciones" es la manipulacion burda que de sus comidas, cenas, fotografías, etc., se está haciendo,  dándole un valor político que no tienen. Sólo los pobres de mente pueden creer tales mentiras, urdidas al más maligno modo "pepero",  justo por los que dicen ser el PSPV, cuando no son más que unos pesebreros que, entre sí se matan por del partido  seguir chupando. 
Quienes hemos trabajado a lo largo de nuestra vida -y sin esperar ninguna prebenda a cambio- por la LIBERTAD (jamás acepté ser de Sección Femenina), y hemos visto el esfuerzo y sufrimiento en nuestros padres (tampoco mi padre vistió nunca el uniforme de Falange)  nunca podremos aceptar que se nos obstaculice este bien tan preciado y sobre el que se basa la serenidad del vivir. Hace falta tener las ideas muy claras, agallas  y la valentía necesarias. Yo creo tenerlas.

Comentarios

  1. Mª Dolores yo como tú doy la cara con nombre y apellidos, mi nombre es Vicente Alicarte, militante de la Agrupación de Manises, avalista y miembro de la campaña de Antonio Asunción.
    Creo que no hace falta que te cuente el proceso de depuración al que nos han sometido, como simple ejemplo, simplemente se han cargado nuestra Agrupación.
    Me gustaría agradecerte que tengas la valentía de alzar la voz y no callar. Ellos pretenden que lo hagamos.
    Creo que no podemos rendirnos. Dejar el partido en manos de esta gente sería un acto poco digno de un socialista.
    Gracias y que sepas que no estas sola, somos más de los que se creen.

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  2. Hola, Vicente: Gracias por tu comentario. Sé lo que ha sucedido en Manises. Lo sé y lo siento, pero con estos de Blanquerías no se podía esperar otra cosa. Sé también de los malos ratos de Fernanda ¡y estando embarazada! Y todo por confiar en Toni y darle nuestro aval.
    La valentía de Toni es admirable. Él lo está pasando mal porque su imagen ha sido vilmente dañada, pero, como es conocedor de que tiene razón y las pruebas de la veracidad de lo afirmado, no tiene miedo a nadie. Además nos tiene a nosotros, que lo conocemos desde hace mucho y sabe de nuestro apoyo incondicional.
    Además, es que no hay color entre Toni Asunción y la 4ª planta entera de Blanquerías. Toni sabe de política, en ella ha trabajado al servicio del Partido Socialista cuando estos no sabían sonarse solos.
    Todo va a solucionarse, y la razón prevalecerá, aunque hemos de esperar el tiempo necesario para que la Justicia ponga a cada cual en su sitio. Sólo así la imagen, dignidad y honor de Toni quedarán limpios. Pero todos hemos de tener paciencia, y sobre todo, continuar así de valientes, sin miedo, defendiendo los principios socialistas que sentimos en nuestro corazón.
    Gracias, otra vez, amigo Vicente. No estoy sola. Somos todos una piña, y, como nada malo hacemos, nada debemos temer. El tiempo de los miedos y la ausencia de libertad ya son pasado. No vamos a dejarnos amedentrar por bobadas, ¿no crees?.
    Un abrazo. Mª Dolores

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  3. Me gusta tu amistad. Así comenzaba un comentario que te puse ayer al ver que me citabas en tu artículo. La amistad -te decía- es un don que tú me haces, que te agradezco y que me ayuda a seguir adelante desde mi sutuación vital un tanto difícil.
    Que llames maestro es más complicado porque me he pasado la vida preguntando, aprendiendo, buscando para satisfacer la propia interrogante que somos.

    Gracias y un beso. Rafael

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  4. Querido Rafael: Publiqué ayer tu comentario donde lo dejaste, debajo del vídeo de Estrella Morente. Y te respondí lo cariñosamente que supe y seguro que menos de lo que te mereces.
    Es necesario para todos los que de tus palabras necesitamos que te cuides al máximo. Eso es lo primero. Y si hace falta que te hagamos una visita, ahí estaremos con una rosa como regalo y un rayo de sol que da vida.

    Con todo cariño. Un abrazo.
    Mª Dolores.

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