EL "PAÍS NORMAL" DE RAJOY

Lo que Rajoy entiende como "un país normal" es aquél diseñado a su imagen y semejanza. Un NO a todo lo que el legítimo Gobierno Español pueda realizar, proponer o legalizar en pro de un Estado moderno, sin complejos , y con un profundo respeto a las diferenciaciones que pueda haber entre los españoles. En el caso presente se trata de la utilización de las distintas lenguas cooficiales en el Senado, justo la Cámara de Representación Territorial. Y si en el PP, todos a una -a modo de "unidad borreguil"- dicen NO, se proponga lo que se proponga por el gobierno de Rodríguez Zapatero, es para desgastar  al máximo al gobierno socialista y  poder alcanzar la poltrona de la Moncloa  cuanto antes. González Pons ha manifestado el espectáculo tan ridículo, a su modo de ver,  al ver a los senadores con los pinganillos escuchando a los traductores. Rajoy, que no se espanta de la terrible corrupción que atraviesa a lo más profundo de su partido, se escandaliza de que en el Senado se puedan utilizar - y, de hecho, ayer ya se utilizaron- las lenguas propias de territorios españoles y que son cooficiales con el castellano, con la frase: "esto no sucede en un país normal". Por fin ayer se pudo escuchar alegaciones en la lengua catalana y públicamente, no como decía hacer Aznar, "hablar catalán en la intimidad", queriendo, en su momento, comprar los favores del President Pujol.
Cualquiera con un mínimo de conocimientos acerca del valor de saber y utilizar diferentes lenguas, sabe que el horizonte de interiorización de lo que sucede a nuestro alrededor es mucho mayor. Cuantas más lenguas hablemos mayor es nuestro conocimiento de la realidad; el lenguaje crea la "cosa", o, como mínimo, interacciona con la realidad. La facilidad de poder expresar nuestras emociones, sensaciones, conocimientos, y que los demás nos entiendan, intensifica  a los mismos. Por el contrario, a menor conocimiento léxico, mayor  ignorancia de ellos.
Por lo cual, entre otras cosas, el hecho de que en la Cámara Alta los senadores se puedan expresar en su propia lengua vernácula: euskera, catalán o gallego, que, además son cooficiales constitucionalmente con el castellano, propicia el que, en determinados momentos uno pueda reflejar matices que en su lengua materna son habituales, y que al expresarse sólo en castellano pudieran perder esa riqueza semántica que desea enfatizar.
Y por más que la Carta Magna, que nos dimos los españoles, ampara el derecho al uso publico de estas lenguas, el problema del PP es serio en cuanto que el núcleo duro del PP -que impregna al resto del partido- no votó la Constitución. Aznar, el máximo traidor de España, el que cobra por desprestigiarnos, es un buen ejemplo de su desdén hacia la Constitución, aunque se le llene la boca con la palabra p-a-t-r-i-a.
El PP es un fervoroso amante del centralismo español, aunque en aquellas autonomías en que gobierna lo hace desde su posición de poder absolutista.

Una de las peores cosas que nos puede suceder es la ignorancia, aunque de ella hagan gala demasiados responsables de este PP ultramontano. La "gracieta" de José Antonio Monago, en su moción acerca del Estatuto Extremeño (ya aprobado), al decir que iba a expresarse en extremeño porque sabía que todos le iban a entender, no es más que un ejemplo de cateto lingüístico, al poner de manifiesto su desconocimiento  de la diferencia de lo que es un Idioma o lengua y lo que es el habla. Pero en este partido del NO permanente, todo vale.
La agresión -condenada por cualquier persona civilizada- al Consejero de cultura murciano, Pedro Alberto Cruz, lo convierten gentuza como ésta en un ataque contra el PSOE, como si el autor de esta salvajada fuera el mismo gobierno socialista.
La nula ayuda del PP en las posibles soluciones, para "aguantar" lo mejor posible la enorme crisis financiera de este mundo globalizado en que estamos inmersos, es otro ejemplo de la infidelidad patriótica. Estos peperos lo único que saben hacer es echar leña al fuego, y "ofrecer" como única "solución" la demanda continuada de elecciones anticipadas.
Ahora alegan que 300.000 euros para pagar traductores en la Cámara Alta es mucho dinero. Incluso Maria Dolores Cospedal, la bien pagá, parece escandalizada. Pero obvian, evidentemente, las enormes cantidades de dinero que han ido a parar a bolsillos privados -incluso aprovechando la visita del Papa a Valencia en 2006- y que el juez Pedreira sigue investigando, incluso en paraísos fiscales, para devolverlos al pueblo español. Y lo más curioso es que la mayoría de estos dineros públicos han sido presuntamente sustraÍdos por altos mando del PP.
A estas alturas, ya nos conocemos....


Comentarios

  1. Es una falsa experiencia vivir temiéndole a todo, decía el viejo Athaualpa. El PP. querida María Dolores, vive instalado en el NO permanente como si todo le temblara entre las manos y fuera incapaz de sostener cualquier novedad que tienda a abrir la cabeza de los españoles.

    Me gusta tu artículo. Me honrar encontrar tus palabras junto a las mias en ELPLURAL. Nos une y nos hace compañeros de lucha.

    Un beso. Rafael

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  2. Hola, Rafael. Gracias por tus palabras. Para mí es un honor estar junto a ti en El Plural, pero soy consciente del abismo entre tus palabras y las mías.
    Como soy muy crítica también con mi partido, no sé lo que me van a seguir publicando en este periódico digital.
    Un beso, amigo.
    MªDolores.

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