METIENDO MIEDO A LOS ESPAÑOLES

Cualquiera que razone acerca de lo que a goteo se nos está diciendo por parte del Gobierno del Partido Popular acerca de lo mal que han encontrado la situación actual tras el traspaso de poderes desde el Gobierno Socialista, y por lo que se han visto obligados a tomar las muy duras medidas que afectan sobremanera a los menos favorecidos social y económicamente, puede percatarse de que la primera de las intenciones es conseguir enmudecer a la gente a base de infundirle un miedo atroz. Los cuatro jinetes del apocalipsis vienen por todos nosotros.


El Roto: Inversión en Miedo
Miedo tal que consiga lo que el Gobierno pretende: la paralización de la ciudadanía y una actitud de sumisa aceptación y autoculpabilidad ante la inmensa crisis global que los mismos poderes ultraliberales -ecómicos y políticos- han propiciado. La trampa del miedo paralizante es una hábil maniobra para frenar cualquier intento de levantar la voz -para comenzar- de protesta. En la reiterada estrategia de meter miedo en el cuerpo a la gente debe de haberles influido a estos del PP el artículo publicado en el 'Brtish Medical Journal' donde se concluye, tras diez años de experimentación, que a partir de los 45 años el cerebro comienza un progresivo deterioro cognitivo. Y seguro que piensan que cuanto más descerebrados sean los españoles mejor podrán domeñarlos.

De hecho, el Gobierno del PP ha gastado más de un millón de euros en material antidisturbios (BOE 31 diciembre 2011), quizá en prevención de algaradas callejeras ante las atroces medidas con que el Gobierno continuará golpeando a los más débiles. ¿No recuerdan las palabras de Cospedal, a una semana de las Elecciones generales? Adelantó ya esta dama de los múltiples sueldazos que la gente se echaría a la calle cuando comprobaran las medidas que el PP iba a aplicar; pero que ellos 'estaban preparados' para frenar los posibles desórdenes callejeros.

Las mentiras con que el PP se ha familiarizado durante su tiempo de oposición desleal e irresponsable ante los temas de Estado y que tanto han contribuido a su amplia victoria electoral, siguen siendo su bandera. Por más que Rajoy afirmó que nada atribuiría al anterior Gobierno y que su misión era mirar al futuro, comenzó Fátima, la Ministra de des-empleo a echar deslenguadamente las culpas al Gobierno Socialista de 'lo que se habían encontrado'.   De Guindos y Montoro continuaron por la misma senda hablando de un 8% en la desviación de la deuda en lugar de un 6%. Nada plantearon acerca de que este desfase era debido a las deudas de las Comunidades Autónomas, aunque bien que lo sabían; Madrid y Valencia, con tantos años de gobierno del PP, han derrochado desvergonzadamente el dinero público, el de todos los contribuyentes, y sudan corrupción por los poros, especialmente  Valencia.

Ahora sale Soraya SS con la misma canción de culpar a los antecesores en el Gobierno y haberles mentido en las cuentas. No se entiende que caigan en contradicciones tan burdas, tras un traspaso de poderes tildado de único y ejemplar, y dirigido, desde el PP, por la misma Soraya.
El traspaso fue más bien una auditoría ya no sólo de los diferentes ministerios, sino de las subsecretarías, direcciones generales...Y todo supervisado por Soraya SS.
O bien Soraya no es tan competente como hacen ver y se le pasaron desapercibidas demasiadas cosas, o bien Soraya es la mujer espabilada y de exigencia casi dictatorial que aparenta, pero mentirosa hasta las entrañas. Una paradoja forjada por ellos mismos y en la que han quedado atrapados. O también podría ser -y así deshacemos la paradoja- que Soraya no sea tan inteligente y sí muy embustera.
Rajoy permanece escondido y callado ante los engaños de sus secuaces. El que calla otorga. O sea, se desdice de lo que, con ese aspecto decimonónico tan suyo, afirmó contundentemente,  pero deja que sean sus favorecidos en titularidad ministerial quienes hablen por él. Sacar la propia cara ante todos los españoles y explicar su personal observancia de la presente situación es propio solo de valientes. Él, como nuevo Presidente, están manteniéndolo como 'embalsamado', y ello por 'economía procesal', dice la niña  Soraya. ¿Y qué 'carallo' es eso de 'economía procesal? No puede ser más que una nueva gran tomadura de pelo a la gente.


Ha adoptado, por otro lado, Rajoy un papel extraño y distante de la ciudadanía. Su lugar parece ser lo más alto del Olimpo, lejos de la chusma. Y condescender con sus súbditos muy de tarde en tarde, para que no se acostumbren a la divinidad de su ser. No es esto lo que esperaban los españoles cuando confiaron en Rajoy y su palabrería. Si es esta otra artimaña para infundir miedo y procurar la parálisis y analgesia ciudadana, tampoco puede durar demasiado la treta. Y quizá la rabia posterior conlleve una violencia nada deseada.


No hay nada mejor que practicar lo que tanto se anunció: decir la verdad siempre. El PP no lo hizo en su puesto de oposición y ahora en el poder, mucho menos.
Con tranquilidad de conciencia, por haber avisado reiteradamente, esperaremos a ver qué sucede.



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