FRANCISCO CAMPS: MÁS CHULO QUE UN OCHO


Cuando uno ha recibido la confianza de los ciudadanos, manifestada en las urnas, su trabajo debería ser el agradecimiento, que conllevaría el reconocerse servidor público, con la responsabilidad y éticas requeridas, en lugar de encumbrarse a los altares (por mucho que sus amiguitos lo hayan bautizado como el curita) y pensar que es señor de todos y de todo, y que administra los dineros públicos como le pueda dar la gana.

Personalmente puede, evidentemente, tener los amigos que desee y quererlos un huevo o dos.   La familia nos viene dada, y, en muchos casos depende de la suerte. Pero los amigos se los busca uno mismo, nadie nos los impone, se trata de afinidades y, quizá, de suculentas prebendas.

Y en el caso del Sr. Camps, el Molt Honorable President,  se ha arrimado o se le han acercado personajillos de dudosa reputación y peor hacer. Y él los ha preferido antes que al pueblo que lo elevó a Presidente.

Al parecer, y después que otro más que amigo, el juez De la Rúa, en lugar de inhibirse por amistad manifiesta, decidiera premiar a su amigo del alma sobreseyendo las imputaciones que otro juez, Flors, había contemplado por la  relación de Camps con la trama Gürtel  y los regalos recibidos,  atuendos personales y a la medida, tomada en el Ritz de Madrid, el President dejó de estar imputado, a pesar de que  Camps nunca pudo presentar factura alguna, porque éstas no existían, simplemente.

Ahora, tras el recurso presentado en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por el Fiscal Anticorrupción y por el PSPV, y admitido éste a trámite,  desde la capital de España se ha considerado la revisión de este asunto y la posibilidad, más que probable, es que  Camps sea llamado a declarar a partir del 12 de mayo.

La primera reacción, la del portavoz y Conseller de Solidaridad (¡qué ironía!), fue, en declaraciones en Canal 9, comentar que las cosas no se han explicado bien y que habría que pedir disculpas a la ciudadanía por el caso Gürtel.  Al siguiente día, el mismo Blasco se desdijo de sus palabras, y ahora sabemos ya por qué.

En la sesión de control de las Cortes valencianas, Camps se niega a pedir disculpas por el caso Gürtel.   ¡Nadie debe pedir perdón "por nada"!  -faltaría más-.  Y es que el caso Gürtel  no existe en la Comunidad Valenciana, lo dice el President, lo dice González Pons, lo dice Cospedal, lo dicen todos los parlamentarios y alcaldes del PP. Lo dicen y  lo repiten todos los peperos  -es la consigna-, y si dejas caer una inocente preguntita -como si no la hicieras-, se enfadan y te chillan. ¡Santo Dios, de aquello que no se habla no existe! ¿Queda claro?

Cuando Ángel Luna ha vuelto a pedir los contratos de la Administración valenciana con empresas de la red corrupta, Camps con cara de malas pulgas le ha respondido  que la Sindicatura de Comptes ha fiscalizado la actuación  de su gobierno y no ha comunicado irregularidades.

El climax se ha alcanzado al estallar un estruendoso aplauso arropador de sus lacayos al gran jefe Camps, el cual, con una mirada borreguil al tendido ha debido de lamentar no poder obsequiar a éste su público con una montera o unos simples claveles gualdiblancos.
Sin embargo, tras este momento de gloria ensoñadora, Ángel Luna -como mosca cojonera- ha mostrado un informe del sumario que instruye el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, realizado por la oficina de auxilio judicial y trasladado a las partes, en el que se revela que, de 85 operaciones de la Generalitat Valenciana analizadas, en 50 hay diversas irregularidades: facturas con adjudicación directa y con extralimitación del dinero preceptuado, duplicidades de pago, incumplimiento de contrato con VAERSA  y que conllevó el escándalo conocido como El contenedor amarillo  y cuyo vídeo, que debía realizarse, jamás existió, y continuar después, como si tal cosa, las relaciones contractuales con la misma, Orange Market.  Todo demasiado extraño.
Existen copiosos  fraccionamientos ilegales de un mismo contrato con el fin de vulnerar los principios de publicidad y concurrencia, para así adjudicarlos a dedo a una misma empresa o bien a otras, que no son más que filiales de la anterior.

Algo parecido sucedió en Fitur, donde el procedimiento utilizado era el semejante al mencionado, aunque éstos de Orange Market no tuvieran ni idea, ni solvencia, ni la experiencia requerida para el caso. Pero, ¿qué más da?. De esta forma, Milagrosa Martínez luce un reloj de 2.400 euros, y todo lo que se ha ido sabiendo respecto a otros mandatarios del PP, sus esposas, hijos, etc. Es decir, que el Molt Honorable President parece que, entre 2005 a 2009,  amañó contratos por valor de 7'5 millones de euros para favorecer a los Gürtel, dinero salido de las arcas públicas, o lo que es lo mismo, de todos y cada uno de los ciudadanos valencianos. Y ahí está implicado Camps y siete consellerías más, con sus titulares al frente. ¡Qué enome desvergüenza e inmoralidad!

Tampoco esto de fraccionar el coste de las obras debe de ser un procedimiento tan inusual. El Presidente de Dipultación y Alcalde de Xàtiva, Alfonso Rus,  maneja esto chupándose los dedos, y una conocida empresa, cuyo nombre se ha publicado en los distintos medios, con tan solo cinco o seis empleados fijos,  te monta desde una gran fiesta, hasta la cabalgata de Reyes, con figurantes, dromedarios y lo que le pidas o todos los actos de la feria de agosto. Lo lógico es inferir que las ganancias obtenidas también se repartirán fraccionadas entre el ente contratador y la empresa mediadora.  Éstos son hechos flagrantes y desconocidos por el gran público, por lo que hay que explicarlo  alto y claro, pues las obras cuestan muchísimo más, y estos sobrecostes salen del bolsillo del contribuyente.

Y es que el dinero lo puede casi todo, y fundalmente en aquéllos cuyos pincipios éticos no son más que el money.

A partir del 12 de mayo sabremos si Camps vueve a verse imputado. Todo es cuestión de paciencia. Esperaremos.

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